
La Procuraduría General de la República y la Fiscalía General de Puebla van por la red de sustracción clandestina, distribución y venta de hidrocarburos que inicia con los huachicoleros y llega a grupos gasolineros que compran por bidones el producto ilícito. Los chupaductos han conformado una red en la que participan pobladores de los municipios del Triángulo Rojo, que transportan la gasolina; los niños y jóvenes, de entre 12 y 17 años de edad, fungen como halcones cuidando las tomas clandestinas. De 2010 a diciembre de 2016 la Policía Federal detuvo a 642 adolescentes en posesión de hidrocarburos o de vehículos que contaban con reporte de robo.